La guerra de Ucrania se acelera en todos los frentes. Tras un invierno sin apenas movimientos y cuyo principal hito fue la pírrica toma de Bajmut por parte rusa, las tropas de Kiev han iniciado todos los movimientos previos para alfombrar su anunciada ofensiva.
Si el contrataque de Járkiv del pasado septiembre comenzó con la publicación de un vídeo que mostraba a cientos de soldados ucranianos cantando su himno antes de entrar en acción, ahora su comandante en jefe, Valeri Zaluzhni, ha colgado otro en su canal de Telegram que muestra, con una estética hollywoodiense, a tropas ucranianas mezclando el padre nuestro cristiano con la llamada patriótica a las armas «para echar al enemigo de Ucrania» y llevar a cabo «la sagrada venganza».
Más allá de su papel motivacional, llaman la atención los Leopard 2 A4 que aparecen en las imágenes, similares a los enviados por España (o puede que sean, directamente, los seis carros de combate españoles) además de otros componentes occidentales, reservados para esta operación de importancia histórica.
El propio Zaluzhnyi anunció que «Ucrania está lista», matando así dos pájaros de un tiro: por un lado, lanza la operación sin que los rusos sepan cómo, dónde y cuándo sucederá. Por el otro, demuestra que sigue vivo, ya que la propaganda rusa había inventado una operación en la que habría muerto el general ucraniano. Todo falso. Zaluzhni sigue vivo y al volante.
PUERTOS ATACADOS
Kiev multiplicó los ataques en profundidad en las últimas horas para machacar la logística rusa, algo usual cuando se va a lanzar una operación de esta magnitud. Los puertos de Berdiansk y Mariupol fueron alcanzados por misiles Storm Shadow, el último regalo de Londres al esfuerzo bélico ucraniano. Gracias a esos proyectiles, ahora la resistencia llega a lugares donde antes no llegaba, creando una gran disrupción a las tropas de la Z, que tendrán que trasladar todos sus almacenes de armas y combustible si no quieren ver cómo todo salta por los aires.
Además, los rebeldes rusos al servicio de Ucrania volvieron a hacer de las suyas en la frontera tras su excursión por Belgorod. Esta vez, los puntos elegidos para atacar fueron los pasos de Brovnichi y Sushani, en la región rusa de Briansk. Aún no se tienen datos de cuántos kilómetros penetraron ni cuantas aldeas recorrieron, pero se están convirtiendo en todo un desafío para Rusia, que ha dejado esa línea fronteriza al cargo de reclutas mal armados.
Las tropas ucranianas pudieron verificar que los mercenarios de Wagner se están retirando hacia tres puntos fuera de la ciudad de Bajmut, tal y como indicó su dueño, Yevgueni Prigozhin, el conocido como «chef de Putin», para dejarla en manos de tropas regulares. Aunque el avance se ha ralentizado en los últimos días, las brigadas ucranianas que defienden ese frente tratan de cercar a los rusos que se encuentran dentro de la ciudad destruida por los flancos. Pero dentro del esfuerzo actual de la guerra, que busca rupturas en el frente en lugares más críticos, esta operación parece más secundaria.